lunes, 15 de octubre de 2012

Claves: Seahawks vencen a Patriots

En una jornada de mucha lluvia, los Seahawks vencieron en casa a los New England Patriots dando una nueva campanada en la NFL. En este artículo, las claves del triunfo...






- Jugadas de alto impacto: Ante una buena defensiva contra el juego terrestre por parte de los Patriots, Russell Wilson tuvo un gran día con el ovoide y convirtió jugadas importantes donde estaba en tercera y largo en situaciones de primer down. Tres receptores de los Seahawks tuvieron una atrapada de 40 yardas o más y ocho receptores recibieron al menos un pase. Los números de Wilson fueron buenos, 293 yardas, 3 TD y ninguna intercepción. Pero estos números no reflejan la importancia del mariscal novato en el emparrillado. Wilson conectó un pase a Rice de 46 yardas para TD faltando poco más de un minuto que le dió la ventaja final a los locales por un punto. Anteriormente, Wilson tambien supo correr por su vida en una situación compleja de tercera y largo consiguiendo por si mismo la primera oportunidad. 

En los números:
QB Wilson: 16 de 27 pases compleados, 293 yardas, 3 TD. 5 acarreos, 17 yardas.
WR Rice: 3 recepciones, 81 yardas, TD. 
WR Baldwin: 2 recepciones, 74 yardas, TD.
WR Tate: 3 recepciones, 47 yardas.

- Defensiva contra el juego por tierra: Los Patriots venían de generar mucho daño a las defensivas rivales con su dúo de corredores Stevan Ridley - Brandon Bolden. En la jornada de ayer, este duo se enfrentó a una de las mejores defensivas contra el rush de la liga y el duelo tuvo como vencedor a la defensiva. Ridley no generó el impacto de las semanas anteriores, fue incapaz de mover las cadenas y se vió limitado por el juego físico del front seven de los Seahawks. Bolden, de participación limitada por una lesión, tuvo un rendimiento similar. Los problemas del dúo de corredores de New England están vinculados a la incapacidad de romper lineas. En semanas previas vimos como hacían fallar el primer tackle y ganaban una gran cantidad de yardas después del contacto. En este caso, los defensivos supieron contener el juego por tierra y no permitieron acarreos superiores a 13 yardas. Seattle permitió 87 yardas por tierra en 26 acarreos, lo que da un promedio de 3.3 yardas por intento, un promedio muy inferior al que venía mostrando la ofensiva de New England en semanas previas. 

En los números:
RB Ridley: 16 acarreos, 34 yardas.
RB Bolden: 6 acarreos, 28 yardas.
RB Woodhead: 4 acarreos, 25 yardas.

- La batalla en la zona roja: Si por algo se destaca la ofensiva de Tom Brady es por ser eficiente en las 20 yardas finales. En esta ocasión, los Patriots no mostraron su mejor rendimiento en la zona clave y solo convirtieron 1 TD en 6 viajes a la Red Zone. Esto contrasta con la gran actuación que venían teniendo en la temporada, la que los ubicaba entre los equipos más eficientes en este campo. El problema de esta ofensiva no fue solo su incapacidad para anotar TD, sino que también perdió el balón. La filosofía de Belichick es que la ofensiva tiene que anotar puntos en todos sus drives, y la defensiva ceder y buscar recuperaciones. En este caso, la defensiva tuvo un papel muy irregular, pero 1 de 6 conversiones en Red Zone habla muy mal de Brady. Recuperaron a Hernandez como arma de ataque, pero todavía no se ve la ofensiva de la temporada pasada que con sus alas cerradas en trayectorias "drag" rompía las coberturas y anotaba touchdowns. 

Conclusión: Seattle dio un nuevo batacazo, luego de vencer a los Packers en un MNF, venció de local a los Patriots. Esto es de suma importancia ya que su división está mucho mas competitiva que lo esperado y para poder pelear de igual a igual contra San Francisco se necesitan esta clase de triunfos. Justamente, Seahawks y 49ers se enfrentan el jueves próximo en el partido adelantado de la semana 7 de la NFL. Del otro lado, los Patriots se encuentran con una inesperada marca de 3-3 y con muchos problemas a resolver. La división AFC Este también se encuentra muy disputada y el domingo próximo New England recibe en Foxborough a su rival divisional, los New York Jets. Con todos los equipos empatados en .500, una derrota divisional puede poner las cosas muy peligrosas para los jugadores de Belichick.